En 1932, uno de los grandes hijos ilustres de Quillota, don Diego Echeverría Castro, fallece dejando gran parte de su fortuna para la creación de un asilo de huérfanos. Es así que desde el 13 de marzo de 1934 la Congregación de los Hermanos Maristas se hace cargo del último deseo en vida del notable Quillotano: “arrancar de la miseria y del vicio, a infelices niños desamparados”.

Para celebrar los ochenta años de tan insigne institución, nuestro colegio organizó una eucaristía y un pequeño acto. La celebración se realizó este viernes 14, puntualmente a las 11:30 horas.

El recinto escogido para la conmemoración fue el gimnasio del DEC, lugar que engalana justas deportivas, pero que para ese día se transformó en un espacio solemne para festejar el cumpleaños de nuestro querido colegio.

Los encargados de dar inicio a la ceremonia fue la Banda de Guerra de nuestra escuela, quienes introduciendo los sones de las marchas militares, produjeron el respeto y el silencio para comenzar la Santa Misa; la cual estuvo a cargo del sacerdote Jaime Godoy , junto a la asistencia de nuestros profesor y diácono de la enseñanza media, el señor Víctor Gutiérrez.

Alumnos, profesores, apoderados e invitados participaron de esta eucaristía, en la cual se recordó la figura de don Diego Echeverría como primer y principal benefactor de esta obra, quien gracias a su altruismo y filantropía ,cientos de jóvenes han sido educados en esta institución de educación técnica, bajo el alero de la congregación de los Hermanos Maristas y de San Marcelino Champagnat.

Al finalizar la misa, se dio inicio a un pequeño pero significativo acto, en el cual se destacó la figura de los invitados especiales que nos acompañaron en la ceremonia; los maestros y profesoras que con su ejemplo y compromiso con la labor de educador marista, forjaron buenos cristianos y honrados ciudadanos. Ellos son: don René Riveros, don Enrique Erazo, la señora Ivonne Araya y la señora Elisa de la Fuente.

También en la oportunidad, el profesor y jefe del área técnica, don Marco Leyton, entregó a los asistentes unas sentidas palabras como ex alumno y actual maestro.
La ceremonia finalizó con la interpretación del himno del colegio por parte de los integrantes de la Banda de Guerra, junto a todos los presentes.