Nos reunimos en torno a la mesa, al igual que Marcelino y los primeros hermanos, privilegiando el encuentro fraterno y el espíritu de familia. Un total de 35 personas, representantes de los padres, alumnos, profesores, auxiliares, administrativos, consejo directivo, hermanos y equipo pastoral local.

También contamos con la presencia de la Sra. Magaly Villaseca, quien en representación del Consejo de Misión nos trasmitió la invitación de vivir un camino hacia la interioridad, al silencio, a la experiencia espiritual.

El símbolo del encuentro, una sencilla panera que cada representante colegial llevó a su comunidad con el objetivo de llenarla de sueños y esperanzas, pero también a disponer en ella nuestro mundo interior y la espiritualidad que brota del encuentro amoroso con el Padre y del soplo del espíritu en nuestras vidas.

Caminemos a paso seguro y con mirada profética hacia el bicentenario marista “un solo corazón y un mismo espíritu”