El lunes 14 de marzo, una delegación de alumnos, padres y profesores, acompañados por la Banda de Guerra del Colegio, se dirigieron por las calles de la ciudad hasta el cementerio de El Mayaca, con el fin de visitar la tumba del benefactor don Diego Echeverría Castro, quien fuera al encuentro del Padre un trece de marzo de 1932. Desde tiempos remotos, los hermanos maristas sembraron la semilla del agradecimientos a este buen hombre de Quillota que, viendo en los niños desamparados de la ciudad, y despojados de una vida familiar, depositó en ellos por medio de una Fundación, la posibilidad de formarse para llegar a ser ciudadanos útiles y cristianos piadosos.
La romería al cementerio refleja este sin par sentimiento de tantas familias quillotanas que vieron en este hombre ilustre, la bondad y un claro sentimiento de preocupación por el prójimo. Visitar la tumba del benefactor Diego Echeverría es eternizar su memoria, es contar a las generaciones venideras qué hizo este hombre con su fortuna y cuál fue el resultado de esta “inversión”. El legado de este prohombre está reflejado en cada una de las generaciones que han egresado de esta Escuela Industrial que año tras año dejan en alto el nombre de la Escuela y de la Fundación.
La Comunidad escolar reconoce y agradece al benefactor y a los Hermanos Maristas su donación y entrega por la educación de niños y jóvenes, especialmente los más necesitados, en su octogésimo segundo cumpleaños.