MOREIRA YA LO SABÍA

David Hidalgo era un extraordinario jugador. Encajó perfectamente en un equipo sin delanteros, de manera que Moreira podría usarlo como líbero o como goleador y en las dos funcionaba como un reloj.

Todos los partidos de esa Olimpiada se ganaron 1-0. Hidalgo hizo todos los goles del equipo.

En una definición a penales contra el Alonso de Ercilla, era el turno de Parafina, quien ya hacía sus primeras armas en el fútbol profesional. El árbitro conocía a Parafina, puesto que también arbitraba en las grandes ligas, y sentenció: “Se te va a ir cabrito, se te va a ir”. En efecto, el penal fue errado.

El arquero de nuestro equipo puso los paños fríos: “Tranquilo profe, yo atajo el que viene”. En su viaje por los aires el cancerbero decidió que además de atajar el penal quería patear el último de la tanda. El Diego fue, como siempre, campeón.

No culpemos a Parafina. Su desempeño en Olimpiadas es simplemente notable. Como ejemplo, en una final contra el San Fernando, el Diego ganó 4-0. Los cuatro goles los hizo Parafina.

El negro Sergio Pérez participó en la Olimpiada de 1996. Durante el torneo anotó en todos los partidos. En la final con Los Andes, las cosas empezaron mal, ya que perdíamos por un gol.

En medio de un centro al corazón del área, se elevaron majestuosamente el arquero y el negro Pérez. El delantero le prestó una escalera al guardametas para que viera cómo la pelota inflaba las redes. El marcador quedó 1-1.
En el alargue, el Diego metió cuatro goles.

Difícil decir cuál era el puesto de Torrejón en el equipo. Antes del partido tomaba la primera camiseta que encontraba en el camarín y decía: “yo voy de 5” “yo voy de 11”. Moreira dejó que el crack del equipo estuviera contento y no discutió nunca. Mal que mal, fueron campeones de Olimpiadas y del Campeonato Nacional Escolar.

Pacheco y Bermúdez fueron dos jugadores llenos de instintos. El gran problema se presentaba en que tenían mala vista. A falta de un tratamiento oftalmológico, Moreira amarró un cascabel a una pelota y se las trajo de regalo.

El logro deportivo más importante de nuestro querido colegio se conquistó se en 1996. Fuimos campeones nacionales de fútbol escolar.
La definición fue en Quintero contra la escuadra de San Felipe. El resultado en la cancha se alargó hasta una eterna tanda de penales.
Desde el punto penal, el resultado llegó a estar 12-11. En ese momento, se cortó la luz en el estadio. Usando tecnología “a la chilena”, una camioneta fue instalada con las luces encendidas en el arco de la definición.

El penal definitivo lo pateó Bermúdez. No se veía mucho, por ello le pegó al suelo antes que al balón, de tal modo que la esférica entro dando pequeños saltos hasta tocar la red.

LA FILOSOFÍA DE MOREIRA

“El año 1980 no lo olvidaré fácilmente. Nacían los jóvenes que posteriormente serían campeones de Chile en el Torneo escolar, representando al Diego. Ese mismo año, San Luis tuvo un equipo estelar: Sandoval, Barrera, Figueroa, Berenguela, Martínez, Avallay, el gordo Bahamondez, Grafigna, Pato Yañez, Pititore y Pindinga. Fui testigo de cómo se formó ese camarín, pues tuve el privilegio de trabajar con don Eduardo Silva, el famoso “Punto Silva” que tantos jugadores y técnicos puso camino al éxito.

La vida me premio participando en esas dos instituciones: San Luis y el Diego Echeverría”

“Mi reconocimiento y agradecimiento a un Hermano Marista visionario. Fernando Pantaleón, quien me contrató hace ya veinte años.”

BAJO LA BATUTA DE MOREIRA, NUESTRO COLEGIO HA GANADO EN FÚTBOL UN TOTAL DE SIETE OLIMPIADAS MARISTAS.

LOS ONCE DE MOREIRA
ARQUEROS OSVALDO CATALDO
FRANCISCO OLMEDO
CESAR ALARCÓN
DEFENSAS FELIPE SALINAS
JUAN ZULETA
LEONARDO CÁCERES
VICTOR BERMÚDEZ
JULIÁN PACHECO
DANIEL GALAZ
ORLANDO FIGUEROA
MEDIO CAMPO NICOLÁS SEREY
DIEGO GONZÁLEZ
SERGIO PÉREZ
MICHEL TORREJÓN
DAVID HIDALGO
SEBASTIÁN REYES
MARCO ESTRADA
PABLO GÓNGORA
DELANTEROS VICTOR MORALES
IGNACIO AGUILERA
EDUARDO LOBOS
JONATHAN VARAS
VICTOR HERMOSILLA